Son patrones de pensamiento automáticos y distorsiones que pueden afectar nuestra percepción, juicio y toma de decisiones. Estos sesgos pueden influir significativamente en nuestros estados emocionales y, en algunos casos, contribuir al desarrollo de trastornos emocionales. A continuación, mencionaré algunos de los sesgos cognitivos más relevantes que pueden generar trastornos emocionales o cambios de emoción:
1. Catastrofismo:
Es la tendencia a imaginar y anticipar lo peor en situaciones, exagerando la gravedad de las circunstancias. Puede llevar a la ansiedad y la depresión.
2. Pensamiento dicotómico (todo o nada):
Ver las cosas en términos absolutos, sin matices ni considerar posibilidades intermedias. Puede generar emociones extremas y frustración.
3. Personalización:
Atribuir de manera excesiva y desproporcionada la culpa de los eventos negativos a uno mismo, incluso cuando no es razonable. Puede provocar sentimientos de culpa y baja autoestima.
4. Filtrado mental:
Centrarse únicamente en los aspectos negativos de una situación y desestimar cualquier aspecto positivo. Esto puede aumentar la tristeza y la sensación de impotencia.
5. Lectura del pensamiento:
Creer que sabemos lo que otras personas están pensando o sintiendo, generalmente asumiendo que piensan mal de nosotros. Puede aumentar la ansiedad social.
6. Sobregeneralización:
Extrapolación de una experiencia negativa a todas las áreas de la vida, generalizando de manera inapropiada que un evento aislado se repetirá en todas las situaciones. Puede llevar a la desesperanza y la desesperación.
7. Sesgo de confirmación:
Interpretar la información de manera selectiva para respaldar nuestras creencias preexistentes, ignorando o descartando cualquier evidencia contraria. Puede contribuir a mantener pensamientos negativos y emociones desadaptativas.
8. Pensamiento emocional:
Dar por sentado que nuestros sentimientos reflejan la realidad, sin cuestionar su validez. Puede llevar a decisiones impulsivas y respuestas emocionales desproporcionadas.
9. Proyección:
Atribuir a otras personas nuestros propios pensamientos, sentimientos o intenciones, sin evidencia real de que eso sea cierto. Puede generar conflictos interpersonales y ansiedad.
10. Sesgo de negatividad:
Dar más peso a la información negativa que a la positiva al evaluar una situación, lo que puede llevar a una visión pesimista y emociones negativas.
Es esencial reconocer estos sesgos cognitivos y trabajar para abordarlos con el fin de mejorar nuestra salud emocional y nuestro bienestar mental.
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